sábado, 15 de diciembre de 2018

Desembre

Demà fa un any que va faltar ma iaia. Era dissabte. Sobre les 17 vaig rebre la trucada "l'àvia ja descansa".  Quedaven 6 dies perquè jo agafara un vol Dublín - Alacant, ella no va aguantar.
Avui estic en casa després d'estar tot el dia al sofà i decaiguda. La trobe un poc a faltar, no anem a enganyar-nos... Vénen els Nadals i ella tornarà a no estar. Però seguixen encantant-me els Nadals.
No vaig a dir que 2018 ha sigut fàcil, ni particularment l'any de ma vida. Tampoc el més feliç. Però sí que he aprés molt, seguisc fent-ho.
M'he enfrentat a mi mateixa, al meu voltant, a amics. No ha sigut fàcil. Però crec que, de volta en quan, tampoc està malament crèixer, aprendre i tornar éssent més i millor.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Estar ahí

Recoger los pedazos y ponerlos apretados para que los recomponga uno a uno,
haciendo señas para indicar dónde va cada pieza.
Y te ignora.
Y tú no puedes ayudar en realidad.
Pero sigues recogiendo trozos de él, que se descompone por instantes.

Le recuerdas que no te vas a marchar, que vas a seguir.
Y recibes un “gracias” que te suple la falta de todos los que no fueron pronunciados.

Pero en realidad, nunca te han importado mucho las palabras no dichas.
En su lugar, todas las preguntas de “¿vale la pena?”
están siendo contestadas al momento con un rotundo sí.
Porque tú no te pensabas ir.
Tú siempre has querido
estar ahí.

domingo, 14 de octubre de 2018

Jordania

¡Hola!

Llevo más de 24 horas en casa en pijama. Ayer llegué de Jordania después de 8 días levantándome sobre las 7 de la mañana todos los días... esto era necesario!!
Voy a intentar hablar un poquito de lo vivido allí estos días, aunque para cada uno la experiencia puede ser totalmente diferente.

¿Qué saber antes de ir a Jordania? 

Dinero: No, no aceptan euros (casi nunca). La moneda oficial allí es el dinar jordano (JOD) y actualmente el cambio está en 0.81EUR por cada JOD. Hay alguna tienda de souvenirs que aceptan dólares o euros, pero ya os podéis imaginar el cambio que hacen. Nosotras sacamos dinero directamente allí con la tarjeta Bnext (https://share.bnext.es/547422417) que te devuelven las comisiones. No recomiendo sacar mucho dinero, pero bueno, una vez más eso va a gustos.
Enchufes: Generalmente en los hoteles, hay enchufes tipo europeo o inglés, pero yo recomendaría llevar un adaptador, por si acaso.
Cultura: Aunque yo no fui sola a este viaje, no lo recomendaría para viajar en solitario en caso de las mujeres. Recordemos que estamos ante un país con cultura mayoritariamente musulmana. Esto implica que a los hombres les cuesta hablarte directamente a ti, que tú pagues, coger un taxi sería una experiencia bastante desagradable (en general, no digo que sea en todos). No conviene tampoco ir muy destapada (escotes y shorts, mejor dejarlos en casa), los ojos se van y, una vez más, te puedes llegar a sentir muy incómoda.
Comida:  la comida en Jordania está buena, para qué engañarnos. Se come mucho humus, cordero y cerdo, mucho arroz, falafel riquísimo (Hashem, en Ammán, muy imprescindible y muuuuy barato). Es toda una experiencia gastronómica si caes en sitios donde se cocina rico.
Guías: en este aspecto, tuvimos un poco de mala suerte. Nos tocó un guía de la agencia Jordan Expirience que dejaba mucho que desear, sin embargo, a mitad de la excursión de Petra nos pudimos incorporar sigilosamente a otro grupo que nos hizo el final de la jornada mucho más amena. 

Ruta

La ruta que nosotros "elegimos", porque no la elegimos sino es la que nos ofrecía la agencia y nos pareció muy guay, fue: Ammán - Jerash - Ajlun, Monte Nebo - Madaba - Little Petra, Petra, desierto de Wadi Rum y Mar Muerto.

Ammán - Jerash - Ajlun

Ammán, la capital jordana, no tiene mucho, para qué engañarnos. Nosotros nos dimos una vuelta por las afueras de la Ciudadela (con visita incluida), paseamos por el teatro romano y fuimos al Wild Jordan Center (http://wildjordancenter.com/) desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad, puesto que da mucha impresión ver la cantidad de casas que se reparten alrededor de las 19 colinas que construyen Ammán. También visitamos la mezquita del rey Abdullah I, la única que se puede visitar en Ammán con una espectacular cúpula azul que se puede ver desde numerosos puntos de la ciudad.
Vistas del teatro romano de Ammán


Visitas desde el World Jordan Center de la ciudad


Mezquita del Rey Abdullah I

Ciudadela de Ammán

En la antigua ciudad romana de Jerash se conservan restos arquitectónicos intactos de lo que fue en la antigüedad esta ciudad. Es conocida como la Pompeya de Asia, así que podemos imaginarnos lo bien conservada que está. Es impresionante lo grande que es y se puede observar hoy en día cómo siguen partes enterradas. Los terremotos que se han producido a lo largo de la historia han sido los principales causantes de que la ciudad fuera enterrada por la arena. Un must en toda regla de la Jordania romana.


Templo romano de Jerash



Teatro norte


Pasando por una local


Las ruinas de Ajlun son los restos de un castillo construido en el siglo XII por el sobrino de Saladino. Está muy bien conservado y se puede acceder al interior. Desde la parte alta del castillo, en un día claro, se puede llegar a ver toda la llanura que se extiende alrededor de esta ciudad.

Monte Nebo - Madaba - Little Petra

El Monte Nebo es importante por su pasado bíblico, siendo la cima de este en la que Moisés vio la tierra de Canaán. Desde él en un día sin nubosidad ni niebla, se puede contemplar las ciudades de Jericó y Jerusalén, además del río Jordán y el Mar Muerto. Las vistas desde aquí son espectaculares. La iglesia que se encuentra en este monte, posee grandes mosaicos (muy típicos en toda Jordania) que se conservan en muy buenas condiciones y que vale la pena visitar.



Vistas desde el Monte Nebo

En Madaba encontramos la iglesia de San Jorge, donde podremos ver EL mosaico por excelencia del país. En este se representa el mapa más antiguo de tierra santa conservado. A mi visión, es lo único que tiene la ciudad pero si los mosaicos son tu fuerte, no debes dejar de visitar la ciudad.

Little Petra es la antecesora a Petra, completamente rodeada por montañas. Al lado de su hermana mayor, su visita pasa totalmente desapercibida, pero el encanto que tiene es el suficiente como para ser visitada antes de ir a ver a la gran Petra. Esta pequeña ciudad tiene también fachadas esculpidas en las paredes. En una de las cuevas, se conservan pinturas con motivos florales y el Siq estrecho que da paso a la ciudad es el antecesor a lo impresionante que se ve allí dentro.


Little Petra
Primera fachada de Little Petra


Fachadas 
Vistas desde la cueva donde
se encuentran las pinturas encontradas


Petra

La joya de la corona de este país. El petróleo que tienen. Una pasada. Petra fue la capital de los nabateos durante más de seis siglos. Después pasó a ser de dominio romano y continuó su larga historia hasta que fue descubierta por el explorador suizo Jean Louis Burckhardt en 1812, que se adentró en la ciudad disfrazado de árabe. 
Los beduinos han continuado viviendo en las cuevas hasta hace escasos 30 años, cuando el gobierno jordano les dio sus actuales casas en el poblado beduino (visible desde Petra) y les otorgaron el completo monopolio de los comercios dentro de la ciudad. 
Lo que más impresiona de la ciudad es... todo. Las cuevas excavadas en las rocas donde convivían muertos y vivos, las impresionantes fachadas (el tesoro y el monasterio), las tumbas reales que se encuentran a lo largo del recorrido, las vistas que se tienen desde cualquier punto en el que te encuentres, el largo Siq desde el que, llegando al final, entrevés la fachada de el tesoro, Petra de noche... sí, todo. Tiene ganado el título de maravilla del mundo a pulso. 

Tumba de los obeliscos


Imagen del Siq


El Siq con el Tesoro al fondo


El Tesoro


Calle de las fachadas


Tumbas reales


Una de las pocas cervezas que pude beber en Jordania


El Monasterio


"Best view in the world". Estoy de acuerdo.


El Monasterio


Vistas bajando desde el Monasterio


Petra by night

Wadi Rum

Después de la visita a Petra, no teníamos ni idea de que algo nos pudiera sorprender en este viaje... y lo hizo. El desierto de Wadi Rum fue toda una experiencia. Lugar protagonista de películas como The Martian, este desierto es peculiar por no ser sólo de dunas, sino ser un desierto de montañas. Tuvimos dos excursiones con 4x4 (una de ellas para ver el atardecer) y una en camello (ir a ver el amanecer, madrugón que valió mucho la pena). Desde que nos adentramos en el desierto, no abandonamos el pañuelo en la cabeza. Nos enseñaron a colocarlo en Ammán, pero los locales te lo ponen sin ningún problema, estuvimos mimetizados con el ambiente totalmente. Es toda una experiencia de la que poco se puede explicar, sólo se tiene que vivir. Pasar noche allí también fue todo un acierto, la sensación de observar las estrellas tocando es arena fina, ver la vida láctea... Lo dicho, todo una experiencia. 

Panóramica del desierto


Dos graciosetes
dromedarios


Imagen que pude capturar durante
la primera de las excursiones en 4x4


Combinación de luces en el desierto


Respirar


Panorámica del desierto


Imagen con el 4x4 que utilizamos y algunos dromedarios
en el camino


En un arco que encontramos en la excursión


Amanece en Wadi Rum


Sacada de la película The Martian. Lo parece, ¿no?


El hongo. Haciendo un poquito de fuerza

Mar Muerto

Finalmente, fuimos de relax al Mar Muerto. Después de más de 4 horas de autobús, llegamos a un resort que tenía hasta playa privada (según me contaron, no es muy recomendable ir a la playa sin que esté dentro de un hotel... ni idea). De nuevo, flotar sin más es toda una experiencia (la única). Creo que es algo que se tiene que vivir, estar de pie en el mar sin hacer pie o leer una revista tranquilamente, comprobar esa alta salinidad que tiene este lago y su tacto viscoso cuando entra en contacto con la piel. 


Aquí, como Pedro por su casa

En resumen...

Sí, sin duda, Jordania hay que vivirla. Hay que imaginarse paseando por las calles de Petra en su pleno apogeo, antes de Cristo. Hay que vivir el desierto e impregnarse de la vida de sus locales (el señor que conducía a nuestros dromedarios era para verle). Hay que bañarse en el Mar Muerto, porque sí, porque hay que hacerlo. 

¡Lo recomiendo enormemente!



martes, 21 de agosto de 2018

Country roads take me home...


Lo que dura un embarazo me ha durado esta aventura. 9 meses y (casi) 6 días. Hay a quienes le parecerá nada, a otros un mundo, pero es lo que el cuerpo (y un whatsapp de emergencia) me ha pedido que dure. Llegué a la capital de Irlanda, que no a la de Alemania, con las maletas llenas de ilusión (y de cosas, muchas cosas) y con ganas de comerme el mundo… ha sido una montaña rusa en toda regla. De emociones, de situaciones, de personas, de sensaciones.
En Dublín dejo una familia a los que conocí a través de un grupo de whatsapp (benditas redes sociales cuando conectan y no cuando separan) mientras viajaba por China. Una familia formada entre Sevilla, Guipúzcoa, Málaga, Valencia, Madrid, Barcelona y Venezuela, con los que me he reído mucho (hasta se han reído conmigo, porque ya soy graciosa para ellos), hemos bebido, hemos comido mucho y muy bien, hemos sido asiduos al Lemon Jelly y hemos celebrado la vida entre pintas y pelotazos, recreando al frutero Eugenio y haciendo trampas al Time’s Up. Un trocito de mí se queda con vosotros en esta isla, ya lo sabéis.
En Dublín dejo a más gente con la que he compartido, más o menos tiempo, esta experiencia. Una ventisca junto a un ángel en la nieve cuando Emma azotaba más fuerte aquel viernes “sale gente de Temple Bar, no puede estar cerrado… salimos, ¿no?”, un cowboy buscando amor por los pubs del centro, una pizza después de un “es que no quiero ir a casa Míriam...", cualquier noche en Ryan’s, el salmorejo más bueno del mundo jamás hecho y comido, y los coulants más exquisitos. Excursiones al Tesco que han dado un poco de vida a los sábados aburridos, tres compañeros de piso excepcionales, todo muy gran hermano, pintas bebidas del tirón. Ser feliz como nunca en mi vida en una esquina de Bachelors walk, cruzar siempre el Ha’ppeny en la misma dirección. Descubrir los pubs, 12 en una noche, qué gran reto. El Porterhouse, Fitzsimons, Auld Dubliner, Gogarty, Hogans, The Globe, P.Mac’s, Bar with no name, The Mezz, The Church, Diceys, Urban Brewer, Workman’s Club, Dice Bar, Cobblestone, Brazen Head, Cassidy’s, Capuccino Bar, The Old Sotrehouse… y tantos más. Capitol, Quays, The George & Foggy Dew. Tantas risas en cada uno de ellos. Tantos momentos. Tan importantes, sobre todo los últimos cuatro. Eso sí que son mariposas en el estómago amigos. 
“Qué ama, es que como consiga pedirla voy yo a la barra a pagársela”. Y me la pagaron.
“El último par de coktails y nos vamos”. Y cuatro más, mínimo.
“En la mesa grande no, por favor”. Y mesa grande. 
“Llévanos a un sitio para cerrar”. Y salió el sol, cantamos un rato más, le tocamos las tetas a Molly Malone y desayunamos.
“Que yo nunca he sido graciosa, de verdad”. Y risas.
“Hoy fiesta en casa”. Y muchas risas.
“Nos vamos a tomar un pelotazo”. Y qué bueno el zumo de arándanos.
“Cuida del reno al menos”. Y Renardo conoció el calor.
“La vida…”. Y vivimos, hasta ahogarnos de risa.
“Madre mía qué calor tengo tú”. Y se quitaron la camiseta.
“No te ha quedado bien la tarta. ¿CÓMO QUE NO? Trae pa’cá”. Y la tarta se terminó antes de que nos quisiéramos dar cuenta.
“Siempre he querido un vaso de pinta de esa marca”. Y el vaso debe lucir en algún rincón de Copenhague.
Esas cosas no las decimos las señoras”. Y a destacados.

Cómo olvidar a toda la gente que se ha pasado por mi casa venidos desde la península… empezando por tres amigas que vinieron a pasar el fin de año, con todo lo que eso conllevó, hasta bailando el caballito de palo, "i ara què, eh? eh? eh?", terminando por mis genes para estar Pride, un viaje relámpago organizado en una cena, desconocidos en una torre que se convirtieron en amigos y mi primera visita a la CATEDRAL de Dublín, el mejor St Patrick que jamás hubiera podido imaginar, descubrir unas migajas de Irlanda de la mano de dos soles, conocer un poquito más de la isla de las manos que me han arropado desde el primer minuto de vida. Gracias a los que sin venir, habéis estado. Aunque haya sido al otro lado de la pantalla... os he sentido extremadamente cerca de mí.

Si hago balance… la verdad es que termina ganando lo bueno, siempre. Por eso agradezco a los que habéis llegado leyendo hasta aquí y no tendré en cuenta a los que no. Espero que, todos los que os lo esperabais, os encontréis en estas líneas. La verdad es que me marcho, pero no me voy del todo. La vida me devuelve a Madrid, a la que siento hogar, al trabajo con el que empecé y del que hice bien en irme… de no ser así, todo esto no hubiera pasado. No os hubiera conocido, tampoco tendría vasos en mi nueva casa de 0.5L, y todo eso me haría un poco más desdichada. Así que me voy feliz por lo aprendido y por lo vivido, muy feliz. A partir de ahora, Dublín siempre será casa, a pesar de ello…

... to the place I belong

Gracias 💚


lunes, 30 de julio de 2018

Amistat i tornar


 Hui, 30 de juliol, diu internet que és el dia de l’amistat. Divendres vaig agarrar un avió amb destinació a Berlín per fer una visita amb dos amics. Quantes rises, què ganes de passar temps amb vosaltres dos, més coneguts com derivadosteam, quanta falta em feu. En tres dies n’agafaré un altre per a vore a un grapat d’amics i amigues molt diversos durant 17 dies. Què ganes d’abraçar-vos matolleres, a les 8, què ganes de festes, de riure. Dos paelles ja mig parlades, algún que altre soparet també arreglat, vesprades i matins a la platja o amb mil plans al cap. Amics que veus de visita en visita, molt poc sovint, però què gust de tindre gust.

Hui també he comprat l’últim vol que, de moment, agafaré des de Dublin. 23 d’agost amb destinació a Madrid… vol d’anada i no de tornada. Tornem a canviar de vida, torne a casa, on més amics hi són, tot i que de nou, en deixaré enrere. Tot plegat, què bé acabes juliol, quanta alegria junta, tant a celebrar!



lunes, 16 de julio de 2018

Volver

Hola!

Hace un tiempo me volvió a la mente este pequeño espacio en la red. Sin ninguna intención de retomarlo, me tomé un tiempo para picar algo y leí. Leí lo que la Míriam del pasado pensaba tampoco hace tanto. He borrado de aquello pero lo tengo guardado (y menos mal!!).
Un poco más tarde, justo antes de viajar a mi segunda aventura totalmente sola (viajar sola, pequeño gran placer) mi padre me decía "podrías abrir un blog de viajes, si es que no paras!" y justo esa misma tarde, otro amigo me decía lo mismo en instagram tras ver que subía en una historia mi siguiente atomarporculotodoelmundo.

Y aquí estoy, casi dos meses después, volviendo a escribir. Porque sí, porque la verdad es que me gusta mucho escribir. No sé qué me deparará este retorno, ni si será un blog de viajes (que algo pondré segurísisisisimo) o si escribiré sobre lo que pienso o me pasa, o si escribiré siempre en castellano, si de vez en cuando me pasaré al meu estimat valencià o si me atreveré alguna vez con el inglés. No lo sé. Pero tampoco me importa mucho.

Hace unos años este se convirtió en mi rincón de pensar y si sigues leyendo esto es porque t'has deixat un temps per a pegar un mosset. Merci & see you soon.