domingo, 14 de octubre de 2018

Jordania

¡Hola!

Llevo más de 24 horas en casa en pijama. Ayer llegué de Jordania después de 8 días levantándome sobre las 7 de la mañana todos los días... esto era necesario!!
Voy a intentar hablar un poquito de lo vivido allí estos días, aunque para cada uno la experiencia puede ser totalmente diferente.

¿Qué saber antes de ir a Jordania? 

Dinero: No, no aceptan euros (casi nunca). La moneda oficial allí es el dinar jordano (JOD) y actualmente el cambio está en 0.81EUR por cada JOD. Hay alguna tienda de souvenirs que aceptan dólares o euros, pero ya os podéis imaginar el cambio que hacen. Nosotras sacamos dinero directamente allí con la tarjeta Bnext (https://share.bnext.es/547422417) que te devuelven las comisiones. No recomiendo sacar mucho dinero, pero bueno, una vez más eso va a gustos.
Enchufes: Generalmente en los hoteles, hay enchufes tipo europeo o inglés, pero yo recomendaría llevar un adaptador, por si acaso.
Cultura: Aunque yo no fui sola a este viaje, no lo recomendaría para viajar en solitario en caso de las mujeres. Recordemos que estamos ante un país con cultura mayoritariamente musulmana. Esto implica que a los hombres les cuesta hablarte directamente a ti, que tú pagues, coger un taxi sería una experiencia bastante desagradable (en general, no digo que sea en todos). No conviene tampoco ir muy destapada (escotes y shorts, mejor dejarlos en casa), los ojos se van y, una vez más, te puedes llegar a sentir muy incómoda.
Comida:  la comida en Jordania está buena, para qué engañarnos. Se come mucho humus, cordero y cerdo, mucho arroz, falafel riquísimo (Hashem, en Ammán, muy imprescindible y muuuuy barato). Es toda una experiencia gastronómica si caes en sitios donde se cocina rico.
Guías: en este aspecto, tuvimos un poco de mala suerte. Nos tocó un guía de la agencia Jordan Expirience que dejaba mucho que desear, sin embargo, a mitad de la excursión de Petra nos pudimos incorporar sigilosamente a otro grupo que nos hizo el final de la jornada mucho más amena. 

Ruta

La ruta que nosotros "elegimos", porque no la elegimos sino es la que nos ofrecía la agencia y nos pareció muy guay, fue: Ammán - Jerash - Ajlun, Monte Nebo - Madaba - Little Petra, Petra, desierto de Wadi Rum y Mar Muerto.

Ammán - Jerash - Ajlun

Ammán, la capital jordana, no tiene mucho, para qué engañarnos. Nosotros nos dimos una vuelta por las afueras de la Ciudadela (con visita incluida), paseamos por el teatro romano y fuimos al Wild Jordan Center (http://wildjordancenter.com/) desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad, puesto que da mucha impresión ver la cantidad de casas que se reparten alrededor de las 19 colinas que construyen Ammán. También visitamos la mezquita del rey Abdullah I, la única que se puede visitar en Ammán con una espectacular cúpula azul que se puede ver desde numerosos puntos de la ciudad.
Vistas del teatro romano de Ammán


Visitas desde el World Jordan Center de la ciudad


Mezquita del Rey Abdullah I

Ciudadela de Ammán

En la antigua ciudad romana de Jerash se conservan restos arquitectónicos intactos de lo que fue en la antigüedad esta ciudad. Es conocida como la Pompeya de Asia, así que podemos imaginarnos lo bien conservada que está. Es impresionante lo grande que es y se puede observar hoy en día cómo siguen partes enterradas. Los terremotos que se han producido a lo largo de la historia han sido los principales causantes de que la ciudad fuera enterrada por la arena. Un must en toda regla de la Jordania romana.


Templo romano de Jerash



Teatro norte


Pasando por una local


Las ruinas de Ajlun son los restos de un castillo construido en el siglo XII por el sobrino de Saladino. Está muy bien conservado y se puede acceder al interior. Desde la parte alta del castillo, en un día claro, se puede llegar a ver toda la llanura que se extiende alrededor de esta ciudad.

Monte Nebo - Madaba - Little Petra

El Monte Nebo es importante por su pasado bíblico, siendo la cima de este en la que Moisés vio la tierra de Canaán. Desde él en un día sin nubosidad ni niebla, se puede contemplar las ciudades de Jericó y Jerusalén, además del río Jordán y el Mar Muerto. Las vistas desde aquí son espectaculares. La iglesia que se encuentra en este monte, posee grandes mosaicos (muy típicos en toda Jordania) que se conservan en muy buenas condiciones y que vale la pena visitar.



Vistas desde el Monte Nebo

En Madaba encontramos la iglesia de San Jorge, donde podremos ver EL mosaico por excelencia del país. En este se representa el mapa más antiguo de tierra santa conservado. A mi visión, es lo único que tiene la ciudad pero si los mosaicos son tu fuerte, no debes dejar de visitar la ciudad.

Little Petra es la antecesora a Petra, completamente rodeada por montañas. Al lado de su hermana mayor, su visita pasa totalmente desapercibida, pero el encanto que tiene es el suficiente como para ser visitada antes de ir a ver a la gran Petra. Esta pequeña ciudad tiene también fachadas esculpidas en las paredes. En una de las cuevas, se conservan pinturas con motivos florales y el Siq estrecho que da paso a la ciudad es el antecesor a lo impresionante que se ve allí dentro.


Little Petra
Primera fachada de Little Petra


Fachadas 
Vistas desde la cueva donde
se encuentran las pinturas encontradas


Petra

La joya de la corona de este país. El petróleo que tienen. Una pasada. Petra fue la capital de los nabateos durante más de seis siglos. Después pasó a ser de dominio romano y continuó su larga historia hasta que fue descubierta por el explorador suizo Jean Louis Burckhardt en 1812, que se adentró en la ciudad disfrazado de árabe. 
Los beduinos han continuado viviendo en las cuevas hasta hace escasos 30 años, cuando el gobierno jordano les dio sus actuales casas en el poblado beduino (visible desde Petra) y les otorgaron el completo monopolio de los comercios dentro de la ciudad. 
Lo que más impresiona de la ciudad es... todo. Las cuevas excavadas en las rocas donde convivían muertos y vivos, las impresionantes fachadas (el tesoro y el monasterio), las tumbas reales que se encuentran a lo largo del recorrido, las vistas que se tienen desde cualquier punto en el que te encuentres, el largo Siq desde el que, llegando al final, entrevés la fachada de el tesoro, Petra de noche... sí, todo. Tiene ganado el título de maravilla del mundo a pulso. 

Tumba de los obeliscos


Imagen del Siq


El Siq con el Tesoro al fondo


El Tesoro


Calle de las fachadas


Tumbas reales


Una de las pocas cervezas que pude beber en Jordania


El Monasterio


"Best view in the world". Estoy de acuerdo.


El Monasterio


Vistas bajando desde el Monasterio


Petra by night

Wadi Rum

Después de la visita a Petra, no teníamos ni idea de que algo nos pudiera sorprender en este viaje... y lo hizo. El desierto de Wadi Rum fue toda una experiencia. Lugar protagonista de películas como The Martian, este desierto es peculiar por no ser sólo de dunas, sino ser un desierto de montañas. Tuvimos dos excursiones con 4x4 (una de ellas para ver el atardecer) y una en camello (ir a ver el amanecer, madrugón que valió mucho la pena). Desde que nos adentramos en el desierto, no abandonamos el pañuelo en la cabeza. Nos enseñaron a colocarlo en Ammán, pero los locales te lo ponen sin ningún problema, estuvimos mimetizados con el ambiente totalmente. Es toda una experiencia de la que poco se puede explicar, sólo se tiene que vivir. Pasar noche allí también fue todo un acierto, la sensación de observar las estrellas tocando es arena fina, ver la vida láctea... Lo dicho, todo una experiencia. 

Panóramica del desierto


Dos graciosetes
dromedarios


Imagen que pude capturar durante
la primera de las excursiones en 4x4


Combinación de luces en el desierto


Respirar


Panorámica del desierto


Imagen con el 4x4 que utilizamos y algunos dromedarios
en el camino


En un arco que encontramos en la excursión


Amanece en Wadi Rum


Sacada de la película The Martian. Lo parece, ¿no?


El hongo. Haciendo un poquito de fuerza

Mar Muerto

Finalmente, fuimos de relax al Mar Muerto. Después de más de 4 horas de autobús, llegamos a un resort que tenía hasta playa privada (según me contaron, no es muy recomendable ir a la playa sin que esté dentro de un hotel... ni idea). De nuevo, flotar sin más es toda una experiencia (la única). Creo que es algo que se tiene que vivir, estar de pie en el mar sin hacer pie o leer una revista tranquilamente, comprobar esa alta salinidad que tiene este lago y su tacto viscoso cuando entra en contacto con la piel. 


Aquí, como Pedro por su casa

En resumen...

Sí, sin duda, Jordania hay que vivirla. Hay que imaginarse paseando por las calles de Petra en su pleno apogeo, antes de Cristo. Hay que vivir el desierto e impregnarse de la vida de sus locales (el señor que conducía a nuestros dromedarios era para verle). Hay que bañarse en el Mar Muerto, porque sí, porque hay que hacerlo. 

¡Lo recomiendo enormemente!